—¡Abuelo!
—¡Papá!
Todo el mundo se apresuró a sostenerlo, temiendo que no pudiera soportar un golpe tan grande y que simplemente estirara la pata en el acto.
Tardó un rato antes de que Xu Jiang se recuperara.
—Zilong, ahora que eres el presidente del Grupo Xu, depende de ti resolver este problema —dijo—. Si no lo manejas correctamente, entonces tampoco deberías ocupar esa posición...
—¡Y Huanhuan! Antes presumías de que Zijing podría ayudar a nuestra Familia Xu a alcanzar el éxito —continuó—. Ahora que nuestra Familia Xu enfrenta una crisis, pregúntale cómo puede ayudar a manejarla.
—¡Sí! —respondieron los hermanos, también maldecían su mala suerte internamente. ¿Cómo podía surgir una nueva crisis justo cuando tomaban el control? También tenían mala suerte, pero ahora no tenían otra opción que armarse de valor y enfrentarse a la situación.