—Yufei, me voy primero —Muge y la otra persona salieron, solo para ver una figura acercándose de frente tan pronto como salieron por la puerta.
Era Zhang Tianxu.
Qin Jiang lo miró fríamente y los ojos de Zhang Tianxu se desviaron, sin atreverse a enfrentar su mirada.
Xu Muge preguntó con curiosidad:
—Qin Jiang, ¿conoces a esa persona de ahora?
—No mucho —Qin Jiang negó con la cabeza indiferente—. Pero ese tipo me ha causado problemas antes, y ya le he dado una lección.
Xu Muge asintió seriamente:
—Entonces necesitas tener cuidado. Ese tipo no parece buena persona, su mirada es bastante aterradora, y aunque lo disimula bien, siempre siento que te guarda rencor.
Qin Jiang sonrió. La mano de Zhang Tianxu fue inutilizada por él; ¿cómo no iba a resentirlo?
Pero eso era de esperarse. ¿Quién le dijo a ese tonto que buscara problemas? Si se atrevía a molestarlo otra vez, Qin Jiang le torcería el cuello.
