—Al oír esto, Tang Xinru apretó los dientes y miró a Qin Jiang. ¿Es una trampa?
—¿Cómo ibas a caer si no te daba un poco de carne que morder? —Qin Jiang replicó con una risa.
Tang Xinru observó al joven frente a él, su cuerpo entero empapado en sudor frío. ¡Ese chico era tan despiadado, utilizando deliberadamente la receta para atraerlo!
—Tomó una respiración profunda. ¿Y qué? ¡La receta ya no está en mis manos! ¡Ya la he entregado! Déjame decirte, ¡solo yo sé quién es la otra parte!
—Si quieres la receta de vuelta, tendrás que pasar por mí.
Estaba lleno de confianza.
Finalmente, Qin Jiang no pudo contenerse más, y las comisuras de su boca se curvaron divertidas.
—¿Crees que tendría miedo?
—¡Je! La fuga de la receta también es una gran pérdida para ti, ¿no es así? ¿No tienes miedo? —La boca de Tang Xinru se curvó en una sonrisa fría, como si tuviera a Qin Jiang completamente descifrado—. Dame una oportunidad y prometo que te diré quién tiene la receta.