—¡Qin Jiang! ¡Qin Jiang! ¿Qué intentas hacer? —Xu Muge se alarmó y gritó.
—Solo poniéndome al día con un viejo amigo —dijo Qin Jiang indiferente.
Después de decir eso, cerró directamente la puerta de la habitación.
Du Hao mostró a propósito una mirada de miedo, se volteó a mirar a los miembros de la Familia Xu, luciendo tan lastimero e indefenso que uno pensaría que estaba a punto de enfrentar alguna crisis de vida o muerte.
—Te estoy dando una última oportunidad —miró fríamente Qin Jiang a Du Hao, enfatizando cada palabra—. Clarifica todo con Muge tú mismo, y te daré una oportunidad. De lo contrario, cargarás con las consecuencias.
—¡Heh! —Du Hao se burló con desdén—. ¿Me estás amenazando? ¿Con qué me amenazas, huh? Qin Jiang, ¿qué puedes hacer tú, un don nadie, contra mí?
—¿Y qué si no obtuve yo mismo el lugar en la ciudad empresarial?