—Mamá, es solo un pequeño negocio, nada ilegal ni criminal —dijo Qin Jiang con una sonrisa—. No te preocupes, no haré nada que me haga perder la conciencia.
Sin dudarlo, Qin Jiang inmediatamente envió a su madre y hermana al Jardín Tianlong Número 1 y luego condujo el Cullinan de Shen Longting al complejo residencial de Xu Muge.
—¡Otro coche de lujo ha llegado! ¡Incluso más imponente que ese Maybach de hace un momento! —El guardia de seguridad del complejo residencial no pudo evitar comentar al ver el Cullinan acercarse.
Qin Jiang también vio el Maybach en la entrada del complejo.
A pesar de haberle comprado una casa a Xu Muge, ella aún no se había mudado, por lo que era raro ver un coche de lujo como un Maybach en este viejo vecindario.
—¿Una matrícula de Jinling? —Qin Jiang notó la placa y de inmediato se frunció el ceño. La familia acababa de tener problemas; ¿podría ser que Xu Muge también estuviera en problemas ahora?
Qin Jiang se apresuró a entrar al complejo.
