—El Gran Diablo había hablado a mitad de camino cuando preguntó a todos:
—¿Qué tipo de oponente creen que soy?
Sin pensarlo, todos exclamaron:
—¡De tipo poderoso!
El Gran Diablo gritó:
—¡Error, tipo poder más técnica!
Para enfrentar a un oponente así, solo ganas si tu poder es mayor y tu técnica más hábil.
O, puedes usar armas para compensar tus deficiencias.
Sin embargo, os recuerdo a todos. —¡En una sociedad regida por la ley, es mejor no recurrir a cuchillos y armas cuando se lucha!
¡Ganas y vas a la cárcel, pierdes y terminas en el hospital. Si puedes soportarlo, soporta; la armonía es lo más preciado!
Un grupo de personas estalló en carcajadas.
Alguien preguntó:
—Instructor, ¿qué debemos hacer si la otra persona saca un cuchillo?
El Gran Diablo respondió seriamente:
—Recuerda esto, no importa cuán alto sea tu arte marcial, todavía temes al cuchillo de cocina. No pienses que eres invencible, protegido por el poder divino, inmune a las cuchillas y a las armas.