—¡Li Jinzhu, Li Jinzhu!
Todo el recinto coreaba su nombre frenéticamente.
Guo Yi no se detuvo entre bastidores. Cerró los ojos y, en un instante, una vasta Red de Conciencia Divina se expandió, envolviendo a todos los presentes en la escena.
Con decenas de miles de personas en el lugar, era una gran prueba para el Sentido Divino de Guo Yi. Quería encontrar al culpable entre esas decenas de miles, y en un lugar tan densamente poblado. Guo Yi no pudo evitar tomar una profunda respiración.
A medida que se abría la Red de Conciencia Divina, el comportamiento y las expresiones de todos en el lugar... todo entraba en la mente de Guo Yi.
Desde la gente coreando locamente en el recinto, hasta las parejas besándose en la multitud, e incluso los adúlteros fornicando secretamente en un rincón, hasta los hombres y mujeres aliviándose en los baños; nada escapaba de la mente de Guo Yi.
El Sentido Divino abarcaba todo el estadio.