—¡Tú! —Chen Guotian estaba atónito una vez más.
En el pasado, el poder espiritual de Guo Yi era invisible e incoloro. Ahora, el poder espiritual de Guo Yi había despertado su atributo, un verde pálido que parecía lleno de fuerza vital. La Fuerza del Espíritu del Agua formó una espada gigante de varios metros de largo. Guo Yi sonrió y dijo:
—¡Todo en el cielo y en la tierra puede ser utilizado por mí!
—¡Imposible! —Chen Guotian nunca había visto semejante fuerza antes, era espeluznantemente aterradora.
Especialmente la espada de varios metros de largo en la mano de Guo Yi que apareció de la nada, dentro de la cual parecía fluir un líquido verde pálido. Ofrecía una vista particularmente inquietante y que ponía la piel de gallina. Especialmente para alguien como Chen Guotian, que practicaba disciplinas retorcidas y malvadas, le temía inmensamente a esta antigua rectitud.
—¡Corta! —Guo Yi rugió, y la espada larga en su mano se abalanzó repentinamente hacia abajo.
¡Boom!
