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Varias de las expresiones de los hombres corpulentos cambiaron inmediatamente, de un desdén previo a ahora reverencia.
—No sabía que el caballero era un Daoísta Marcial, mis disculpas —el hombre corpulento con lentes de sol se inclinó en un ángulo de noventa grados.
Guo Yi no dijo mucho más y lentamente subió las escaleras, caminando paso a paso hacia el ascensor.
Los varios hombres corpulentos observaron a Guo Yi marcharse, con sus frentes perladas por capas de sudor fino.
—Esta persona aún es joven, pero tan formidable en fuerza. En el futuro, seguro que será un gran enemigo de nuestro Ryu de Kagawa —el hombre fuerte y calvo se quitó las gafas. Una cicatriz de su frente hasta debajo de sus bolsas de ojos era horrorosamente prominente. Entrecerró los ojos y dijo:
— Debemos recordar a este hombre.
—¡Sí! —La gente a su lado asintió.
En el piso veinte, había bastantes personas en el salón.
La élite social, damas ricas y nobles.
