—¡Dios mío!
—¡Esta Bestia Espiritual... es demasiado aterradora!
—Se acabó, todo se acabó, estamos perdidos. Incluso el Gran Maestro de Artes Marciales se convirtió en niebla de un solo soplo. No tenemos ninguna posibilidad.
Entre la multitud, oleadas de horror los golpearon, mientras se acurrucaban en un rincón como pollos petrificados, temblando incontrolablemente.
Todo el mundo se había resignado a la creencia de que hoy era el día del juicio final, con todos los corazones preparados para la muerte inminente.
Whoosh...
De repente, una sombra blanca pasó velozmente, y una figura parpadeó en el aire.
—¿Es él?
—¡Guo Yi!
La multitud exclamó, una chispa de esperanza e ilusión iluminando sus ojos.
