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Cuando Zhane dejó de responder, todos se fueron a la cama a regañadientes, resoplando y bufando de frustración. Ninguno de ellos logró descansar bien esa noche —ni Leo, ni Luke, y especialmente Dave, que era un manojo de nervios por su cita del día siguiente.
Para cuando llegó la mañana, Dave era una mezcla de emoción y tensión, sin haber pegado ojo. En el momento en que sonó la alarma de su teléfono, se apresuró a lavarse y a prepararse para su cita.
Por otro lado, Hera se despertó fresca y llena de energía, ansiosa por la cita que había prometido a Dave.
Esta vez, optó por un estilo informal pero elegante. Llevaba una camisa de satén blanca combinada con un chaleco negro y una falda abullonada en crema que terminaba cinco pulgadas por encima de sus rodillas.