Solo cuando Rafael escuchó la perspectiva de Gerald recordó que efectivamente había despojado a Minerva de su autoridad sobre su empresa y los recursos de Briley para evitar que intimidara y amenazara a otros como lo había hecho con Hera. Pero ahora, se preguntaba si sus acciones la habían impulsado involuntariamente a cometer actos aún peores.
Si ese era el caso, ¿había empujado a su hermana a este punto acorralándola? Esta realización sumió a Rafael en una espiral de culpa, ira, preocupación e impotencia. A pesar de sus intentos de hacer lo que pensaba que era lo mejor para su hermana, sentía que años de descuidar corregir su comportamiento ahora volvían para morderle el trasero como una perra.