Ahora recostada en el sofá de la sala de exposiciones Gucci VVIP, Hera sentía el cansancio de llevar tacones altos. Se inclinó hacia atrás, dejando escapar un suspiro de alivio mientras Sandra elegía accesorios para Logan. Hera tomó un descanso de hojear el catálogo, permitiéndose a sí misma un momento para descansar.
Observando la fatiga de Hera, Rafael colocó cuidadosamente sus pertenencias en el suelo y se arrodilló ante ella con una rodilla en tierra. Con ternura, alzó los pies de Hera sobre su rodilla levantada y comenzó a masajear sus pantorrillas y piernas con atención concentrada, asegurándose de que la presión fuese la correcta.
Hera se sorprendió, y todos en la sala compartieron la sorpresa, creando una pausa momentánea como si el tiempo mismo se hubiera detenido momentáneamente.