—¡¿Hera?! —Una voz refrescante y melodiosa saludó a Hera desde atrás mientras disfrutaba de su carrera matinal. Al mirar hacia atrás, estaba Luke con su sudadera y pantalones negros, luciendo un poco exhausto pero aún sonriendo, sus ojos dorados fundidos brillando bajo el sol de la mañana. Tenía el atractivo de Apolo — guapo, accesible y brillante como el sol. Sin embargo, pocos sospechaban que bajo su amable exterior, este hombre aparentemente afable albergaba un profundo secreto.
—Buenos días, Sr. Greyson —Hera irradiaba, su sonrisa dulce mientras lo saludaba. Un rastro de sudor le resbalaba de la frente al mentón y finalmente caía a su escote ligeramente visible, inadvertido en su estado sudoroso. Luke no pudo evitar notarlo, tragando duro ya que encontraba la vista inesperadamente tentadora.