—Al escuchar la voz de Minerva, Hera se detuvo en seco y dirigió su atención a la mesa de comedor donde Minerva y Alexi estaban sentados —.No pudo evitar notar cómo la expresión sombría de Alexi se iluminaba gradualmente al verla mirando en su dirección, una sonrisa extendiéndose lentamente por sus labios.