Cuando Hera se acercó, el faisán apenas respirando en su mano captó la atención de Bry. Se lanzó hacia ella, la emoción iluminando sus ojos. —¡Hermana!!! ¡Has atrapado otro gordo!!!! —exclamó.
Fue solo entonces que los demás notaron el faisán en la mano de Hera. La distracción previa de sus atractivas visuales había captivado su atención, lo que les llevó a pasar por alto lo que tenía en su ropa o lo que llevaba.
Ahora que tenían la oportunidad de examinarlos, Xavier cuidadosamente colocó los huevos en la hierba uno por uno antes de sacudirse la ropa.
—¡Huevos también! —exclamó Bry emocionado, su entusiasmo haciendo eco al manejo cuidadoso de Xavier de los tesoros recién encontrados.
Hera se acercó más mientras se reía. —Tuve suerte y encontré este faisán escondido en el arbusto.