Mientras tanto, Luke también estaba eligiendo un atuendo para Hera, empacándolo en una maleta separada.
Parecía que tenía en mente un estilo diferente para ella para después de la carrera, considerando que estarían celebrando con todos después.
Para cuando Hera salió del baño, cinco maletas estaban alineadas fuera de su vestidor.
No pudo evitar echar un segundo vistazo mientras se secaba la cara con una toalla.
Los hombres, cada uno con una maleta preparada, ahora estaban relajados en el sofá, sorbiendo café y absortos en un periódico financiero.
Permanecían en silencio, con expresiones que reflejaban las de maridos gruñones en medio de una guerra fría, aunque en este caso, estaban silenciosamente en desacuerdo con sus co-maridos.
Hera no pudo evitar reírse ante la vista, con el entretenimiento brillando en sus ojos.
Con una risita ligera, corrió al vestidor para cambiarse de ropa.