—¿Sasha? —exclamó Danny, su mente intentando procesar todo lo que Larry acababa de decir.
Ambos él y el entrenador se sentían como si sus cerebros se hubieran frito, dejándolos buscando la palabra más ordinaria que pudieron recordar que salió de la boca de Larry—el nombre que Larry acababa de mencionar.
—Sí, Sasha—el hacker número uno del mundo —respondió Larry. No quedaba claro si era un sadista, entregando un golpe final que enviaría las mentes de Danny y del entrenador a un colapso, o si realmente quería aclarar hasta dónde había llegado Hera para ayudarlos.
De cualquier manera, él pretendía que reconocieran su amabilidad en esta situación.
En ese momento, Danny y su amigo de toda la vida se sintieron completamente abrumados.
Este día había sido tan bizarro que no podían discernir si estaban soñando por desesperación o atrapados en alguna ilusión elaborada.