Aunque la desesperación a menudo hace a una persona más peligrosa, también puede impulsarla a actuar de manera más frenética y apresurada. En lugar de elaborar cuidadosamente un plan a largo plazo, podrían apresurarse a encontrar una solución rápida, lo que podría llevar a errores y decisiones precipitadas.
A medida que sus planes comienzan a desmoronarse con cada vez más lagunas, Hera aprovecha la oportunidad de explotar estas debilidades en su beneficio. Con su estrategia empezando a dar frutos, ahora puede desviar su atención de preocupaciones inmediatas y dedicar más energía a otros asuntos urgentes, como el caso de Minerva y tratar con Alice, todo mientras continúa su lucha contra su propio destino.