Aunque Hera no quería parecer que se jactaba de su formación académica, le costaba encontrar una razón o excusa para persuadir al gerente de que la dejara revisar el plan de negocios sin atraer la atención de Gael o levantar sospechas.
El gerente comprendió rápidamente la intención de Hera y decidió seguirle el juego. Fingió sorpresa y respondió con una inclinación de cabeza complacida:
—¡Oh! No me había dado cuenta de que la Señorita Hera fuera tan capaz. Por favor, siéntase libre de revisar este plan de negocios y vea si cumple con nuestros estándares. Sin dudarlo, le pasó la carpeta a Hera.
Hera sonrió al notar que Gael se ponía cada vez más nervioso cuando ella tomó la carpeta. Comenzó a inquietarse y a frotarse el pulgar ansiosamente. Hera entonces abrió la carpeta y revisó cuidadosamente cada página. Al igual que el gerente, se encontró releyendo varias veces la distribución de beneficios para asegurarse de que no la estaba malinterpretando.