Xavier y Hera no impidieron que Zen hiciera un comentario sarcástico porque lo que dijo no era erróneo. No sentían simpatía por los otros participantes, incluso cuando reconocieron su papel involuntario como peones en el juego de alguien más. Desde su punto de vista, esto subrayaba la necesidad de estar alerta y ser perspicaces, destacando la importancia de considerar múltiples perspectivas antes de formar juicios.
Ahora que podrían haber repercusiones, solo podían culparse a sí mismos por ello y a nadie más.
Mientras Hera y su equipo abandonaban su anterior modestia, optaron por preparar sus comidas en la cocina sin esperar a que otros terminaran. Esto les permitió disfrutar de un desayuno tranquilo mientras sus compañeros participantes se apresuraban en preparar los suyos, con el objetivo de tener tiempo suficiente para comer y digerir antes de la hora programada para la llamada.
