No solo Cheng Lang usó ese edificio para dar un ejemplo a los demás, sino que también aprovechó esta oportunidad para renovar la gestión de la empresa. Xing Shu siempre había sabido que Cheng Lang era formidable, pero este incidente le mostró concisamente cuán formidable era. Aparte de su formidableidad, la habilidad de Cheng Lang para ponerse en el lugar de los demás y ver las cosas a través de la lente de empleados comunes era aún más significativa. No es de extrañar que tuviera un apodo divino.
El teléfono de Xing Shu sonó de repente —era el Presidente Chen de Corporación Lirong. El gran cambio en el Grupo Corporativo Cheng había causado bastante revuelo, por lo que era natural que el Presidente Chen se hubiera enterado. Preguntó alegremente: "¿Señorita Xing Shu, es momento de felicitaciones?"