—Escuché que estás bastante enfermo. Aún es incierto si podrás recuperarte —Zhen Chongming sonrió maliciosamente—. ¿Por qué no renuncias y dejas que alguien más haga el trabajo? Cuanto antes se resuelva la posición de presidente, antes el grupo tendrá una mejor columna vertebral.
Las venas en las sienes de Zhen Yiping se hincharon y la ira estalló en sus ojos.
—Tu apetito es demasiado grande.
—¿Esto se llama tener un gran apetito? —Zhen Chongming dijo fríamente—. ¿Por qué no añadimos una regla más? Quiero ver mi ceremonia de bienvenida antes de salir del trabajo esta noche. ¡Tomaré mi cargo el mismo día!
La garganta de Zhen Yiping se llenó de sangre.
—¡Zhen Chongming, te has pasado!