Zhen Zhu estaba erguida con una expresión de madera, como si su alma ya no estuviera allí.
—¿Qué es lo que quieres? —siseó después de un largo rato.
—La sobrina es realmente inteligente. Sabe que tengo una petición. —Zhen Chongming se rió a carcajadas—. En ese caso, no me andaré con rodeos delante de una persona honesta.
Su sonrisa se desvaneció—. En aquel entonces, tu padre insistió en enseñarle una lección a tu madre. Intenté detenerlo, pero no me escuchó. Más tarde, como yo sabía lo que había hecho, siempre tuvo miedo de mí. Solo fue por el viejo maestro que me dio un empleo sin responsabilidades en el grupo. Hace poco, de hecho escuchó las palabras calumniosas de Shen Hanyu, diciendo que yo me coludí con externos para perjudicar a la empresa. Usó la excusa de que la compañía había sufrido una enorme pérdida y me obligó a renunciar.
