Esta dramática escena no solo dejó a Sang Qianqian y a Ruan Xiaoshuang atónitas, sino que los oficiales de policía tampoco sabían si reír o llorar.
De tal palo, tal astilla. Una persona digna de lástima siempre tiene algo que la hace detestable.
El padre y el hijo siempre estaban con las rodillas embarradas. Se arrodillarían y rogarían por ayuda sin ninguna vergüenza.
Sang Qianqian se sintió disgustada. Esta persona cambiaba su expresión tan rápidamente que casi podría solicitar el Récord Mundial Guinness.
—Lo intentó asesinar a propósito.
—Sang Qianqian no quería reconciliarse. —Deja que la policía se encargue de acuerdo con la ley.
El oficial de policía asintió con comprensión y le preguntó a Ruan Xiaoshuang, —Señorita Ruan, ¿qué opina? En este asunto, parece que usted es la principal víctima. Aún necesitamos escuchar su opinión.
Ruan Xiaoshuang bajó la mirada y no habló durante mucho tiempo.
Song Guanhua dejó de golpearse a sí mismo, mirándola nerviosamente.