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Media hora después.
Sang Qianqian lavó algunas tazas de té y se sentó junto a la mesa de té frente a la ventana. Empezó a preparar una tetera de té.
Sus cejas eran suaves y serenas, sus movimientos calmados y elegantes. A su lado estaba el cielo azul y las nubes blancas afuera de la ventana, que parecían una hermosa pintura.
Cuando el té estuvo listo, toda la habitación se llenó de una fragancia refrescante.
—He oído de Shi'an que te encanta beber té.
Sang Qianqian colocó una taza de té frente a Ruan Cheng. —Toma esta taza de té como agradecimiento por esperar media hora.
Ruan Cheng echó un vistazo a la taza de té con expresión fría y no dijo nada.
—En el pasado, no me gustaba beber té. Sin embargo, hace unos meses, me quedé atrapada sola en este pequeño patio. Me aburría muchísimo, así que intenté hacer y beber té por mi cuenta. Después, me di cuenta de repente que este té es como una persona esperando a que otra la entienda.
