La mirada de Shen Hanyu cayó sobre Sang Qianqian. Estaba aturdido, como si estuviera alucinando.
Las imágenes que se le venían a la mente eran todas imágenes que ya había visto antes. El largo cabello de Sang Qianqian estaba suelto, y su vestido morado había sido quitado, cubriéndola a medias.
La chica frente a él también llevaba un vestido lila sin hombros. Era dulce y tenía un aura de hada. Su piel era blanca como la nieve, y sus rasgos parecían pintados.
Él miraba fijamente a Sang Qianqian, con los ojos clavados en ella.
El agua goteaba por la frente de Shen Hanyu. Sus oscuros ojos parecían arder con llamas oscuras, llenos de profundo amor.
Sang Qianqian estaba conmocionada. —Shen Hanyu, tú...
Antes de que pudiera terminar, fue arrastrada hacia los brazos de Shen Hanyu. La nuca la sostenía una gran mano, y Shen Hanyu bajó la cabeza y la besó.