Al menos antes de que sucediera esta escena, Jing Chen y Su Jing no esperaban que Su Wan y Zhang Qing cooperaran tan bien para derribar a Jing Jing.
Ahora que Su Wan estaba herida, deberían ser ellos quienes hicieran el resto.
Jiang Xin estaba prestando atención a cada paso en la habitación. Cuando vio que Jing Jing estaba a punto de triunfar, se puso nerviosa, pero al mismo tiempo, estaba muy emocionada. Sin embargo, una mujer de mediana edad apareció de repente y pateó la daga de Jing Jing, ¡permitiendo que Su Wan escapara!
—¡Basura! —gritó Jiang Xin en voz baja, pero no se dio cuenta de que la mirada de Su Wan estaba sobre ella de nuevo.
Su Wan se limpió la sangre de la cara y observó a Jiang Xin en la oscuridad. Ella había permanecido en esa habitación cuando primero regresó al país, así que la conocía bastante bien.
