Aunque su corazón dolía porque Hao Hao había sido secuestrado, esta situación era mucho mejor que no saber quién estaba detrás de ello.
Su Wan estaba segura de que esa persona no se atrevía a encontrarse personalmente con Hao Hao porque se habían visto el día en que Yuyu y Hao Hao aparecieron en el banquete de cumpleaños de Jing Chen.
Jing Chen frunció el ceño. La reacción de Su Wan no era la adecuada. —Wan wan, Hao Hao fue llevado por gente mala. ¿Por qué no estás preocupada en absoluto?
Como madre, ¿no debería estar ansiosa cuando su hijo está en peligro?
Pero Su Wan estaba demasiado tranquila.
Viendo esto, Jing Yu rápidamente agarró la mano de Jing Chen y la sacudió. —Papá, no culpes a Mamá. Mamá también está muy preocupada por mi hermano, pero estar ansiosos no sirve de nada. Deberíamos pensar en cómo salvar a mi hermano de la gente mala ahora.
