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Bai Lian nunca volvió a salir de la villa.
Estaba aterrorizada e inquieta todo el día por lo que había sucedido en la villa de Jing Chen.
Pero el hombre seguía viniendo una vez cada dos días, después de un tiempo, venía una vez cada tres días.
Bai Lian se tensaba en el momento en que lo veía. Miraba la puerta y la ventana con miedo, temerosa de que Jing Chen los descubriera.
Pero medio mes pasó de esa manera.
Jing Chen no había venido ni una sola vez. Las esperanzas de Bai Lian se desvanecieron. Sus sentimientos complicados finalmente volvieron al silencio.
Incluso si el hombre se quedaba aquí todo un día, Bai Lian no tenía ninguna reacción o emoción.
Su corazón murió por completo con la indiferencia de Jing Chen.
Al mismo tiempo, su odio hacia Su Wan se profundizó. Deseaba que esta mujer desapareciera por completo.
Dejar de existir en este mundo para siempre.