El señor Qing Er alzó la voz:
—¿Qué? ¿No es Capra el hotel en el que te estás quedando?
Feng Qing curvó sus labios y respondió:
—Así es. Quiero que vengan aquí para poder atraparlos a todos de una sola vez, ¿verdad?
Como dice el dicho, es más fácil esquivar una lanza a la vista que defenderse de una flecha en la oscuridad. Tantas personas han venido de todas partes del mundo para buscar problemas con ella. En vez de estar alerta contra cada uno de ellos, ¿por qué no reunirlos a todos y empezar una matanza en este Hotel Capra!
El señor Qing Er la admiró cuando escuchó las palabras seguras de Feng Qing. Esta mujer era realmente demasiado atrevida. No era algo que él pudiera imaginar.