En la Mansión Xie de la Capital.
Xie Yuhuan yacía en la chaise lounge y miraba la hora en su teléfono. Desde la cena, había recibido noticias de que Xie Jiuhan estaba trabajando horas extras como loco en la compañía. Además, había lidiado con todos los altos ejecutivos.
Junto con la noticia de que Xie Jiuhan había estado en una cita con Feng Qing todo el día, sentía que definitivamente había un problema. En comparación con esto, lo que la había enfurecido tanto que no podía dormir era que para hacer feliz a Feng Qing, Xie Jiuhan había roto el contrato y cerrado el parque por un día. No solo compensó diez veces a los turistas que habían comprado las entradas al Valle de la Felicidad, sino que también se convirtió en el tema de tendencia por esto. Había rumores en Internet y por todas partes.
—Hmph, la belleza es una calamidad, una calamidad para el país y la gente —pensando en el rostro de Feng Qing, Xie Yuhuan no pudo evitar murmurar.
