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Feng Qing no dijo ni una palabra, pero su rostro estaba lleno de dulzura. Abrió la boca y se comió los dumplings de cristal. Xie Jiuhan cogió otro trozo de pastel de miel y dijo —Seguiré diciendo lo mismo. Hay muchas formas de ser filial. Si hiciera todo el trabajo de los sirvientes, ¿entonces para qué necesitaría la Mansión Xie a los sirvientes?
—Jiuhan, hago esto por tu bien. Puedes consentir a Qingqing ya que es joven, pero crecerá y será madre algún día. No puede vivir como una esposa trofeo para siempre, ¿verdad? —Xie Yuhuan dijo con seriedad.