—Ahora, es mi turno de compensarte. ¿Cuánto vale tu atuendo? Apresúrate y dínoslo para que podamos divertirnos un poco —Feng Jianing resopló fríamente. Jamás creería que la ropa de Feng Qing pudiera superar los cien mil ya que ella no era una celebridad y solamente era una productora detrás de escena. Definitivamente no podía ganar tanto dinero.
—Un número auspicioso, ¡8.88 millones! —Feng Qing sonrió.
—… —Feng Jianing.
La multitud en el banquete se quedó atónita mientras miraba a Feng Qing aturdida. Las palabras de Feng Qing fueron como una bomba que explotó en sus mentes, dejándolas en blanco.
—Si no fuera por la misma expresión en el rostro de todos, habría pensado que estaba alucinando —dijo con incredulidad—. Tú, dilo otra vez. ¿Cuánto?
—¡8.88 millones! —dijo Feng Qing.
—Ja, jaja... Estoy muy segura de que este es el chiste más gracioso que he escuchado este año.
—¡Pfft! Está loca, de verdad está loca. Tiene la piel demasiado gruesa. Ni siquiera se sonroja cuando miente.