—Mirando los fríos ojos de Feng Qing, Gu Jingtong cerró los suyos con un temblor —pensó—. Podía ver la intención de matar en los ojos de Feng Qing y sabía que no podría escapar.
Bajo la mirada de todos, Feng Qing apretó el gatillo. El fuego de fondo hizo un sonido crujiente y todos temblaron.
El tiempo se congeló y su respiración se detuvo. La mente de Gu Jingtong estaba en blanco. Pensaba que era carne muerta, pero después de esperar mucho tiempo, no había dolor, ni tampoco sangre.
Gu Jingtong de repente abrió los ojos y vio que Feng Qing sostenía un cargador vacío. Era una pistola de dama para defensa personal y el cargador solo podía contener ocho balas. Long Yuning había disparado siete tiros justo ahora, tres alcanzando al pequeño caballo blanco, uno al Rey Dragón y tres fallados. Feng Qing también le había disparado a la pierna de Gu Jingtong, así que no quedaban más balas.