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—Rasgón... El sonido de la ropa siendo arrancada resonó. Al segundo siguiente, su vestido púrpura fue lanzado al suelo como basura.
—Feng Qing se cubrió el pecho y parecía avergonzada. Aunque esta no era la primera vez que Xie Jiuhan la veía desnuda, todavía se sentía extremadamente tímida.
—Xie Jiuhan le acarició la cara y bromeó —¿Te atreverás aún a mentirme en el futuro?
—Feng Qing dijo de manera lastimosa —Marido, me equivoqué. ¡No lo haré de nuevo!
—Xie Jiuhan le pellizcó la otra mejilla y continuó —¿Entonces me seguirás tratando como un tonto en el futuro?
—Feng Qing negó con la cabeza como un tambor de mano —Pequeño Jiu Jiu, perdóname. Si te miento de nuevo en el futuro, seré un perrito...
—El hombre estaba enfadado y ella no dudó en admitir la derrota. Si seguía siendo obstinada, su cara acabaría dañada.
—¡Levanta la cabeza y mírame! —Xie Jiuhan ordenó.