—¿No te gusta que me una a la industria del entretenimiento? —preguntó Feng Qing de manera coqueta.
Xie Jiuhan se mantuvo en silencio por un momento antes de atraerla hacia sus brazos. Tomó la secadora y empezó a secar su cabello. Feng Qing cerró sus ojos y lo disfrutó en silencio. La habitación se llenó de calidez. Después del ajetreo, la calma era lo más real.
—Olvida eso. Haz lo que quieras —dijo Xie Jiuhan después de un largo suspiro.
Feng Qing sonrió ligeramente. Sabía que Xie Jiuhan diría esto. Mientras algo le gustara, Xie Jiuhan la apoyaría. También haría lo posible por darle lo que quisiera.
—Jiu Jiu, ¿canto bien? —Feng Qing preguntó con ansias. No importaba si a otros les gustaba su canto. Quería saber si a Xie Jiuhan también le gustaba. Esto era muy importante para ella.
Xie Jiuhan asintió. —¡Me gusta!
Feng Qing giró su cabeza y dijo dulcemente:
—Entonces, Pequeño Jiu Jiu, cántame una canción también. Cántame solo a mí, ¿qué te parece?
Xie Jiuhan:
—…