—El señor Qing Er estaba atado a la mesa de juego —miraba a Feng Qing, quien estaba sentada en la motocicleta con una chaqueta de cuero negro brillante y sus ojos resplandecían con estrellas. Aparte de la motocicleta, él fue el que había preparado este atuendo para Feng Qing. No esperaba que ella fuera tan valiente.
—El hombre de la cara cicatrizada y sus subordinados evaluaron a Feng Qing. El hombre delante de ellos tenía una estatura pequeña, con una cintura delgada y piernas largas. Su piel era blanca como la nieve, y su rostro del tamaño de una palma estaba elevado. Desprendía el temperamento de un heredero de segunda generación rico y un andrógino. En sus ojos, este tipo de persona era simplemente un tonto al que le gustaba actuar de manera genial.
—El hombre de la cara cicatrizada avanzó y dijo en voz baja —llegaste en el momento justo. Saca 10 millones, o de lo contrario lanzaremos a este chico al Gran Canal para alimentar a los peces.