Después de pensar por un rato, sacó una pequeña botella de perfume rosa de su bolsillo. —Hermano Xing Yue, esta botella de perfume la hice mientras practicaba. Para expresar mi gratitud hacia ti, te la daré. Espero que no te importe
Antes de que pudiera terminar, Xing Yue tomó el perfume. Claro que le gustaría, ¿cómo podría despreciarlo? Justo cuando acercó el perfume a su nariz para olerlo, alguien se acercó por detrás.
—Feng Qing, mi hermano compró tantas cosas para ti y gastó tanto dinero. ¿No te parece un poco tacaño devolver solo una pequeña botella de perfume? —dijo Tessa con descontento.
Xing Yue levantó una ceja. —Tessa, hay un viejo dicho en el país Xia: 'Es la intención lo que cuenta'. En mi opinión, este perfume que Qingqing hizo definitivamente vale más que el dinero que gasté. No, debería ser mucho más caro que las cosas que compré para ella.
