Los labios rosados de Feng Qing se curvaron en una tenue sonrisa mientras miraba al Duque Raymond. En realidad, tampoco odiaba al Duque Raymond. Solo que no quería dejarle fantasías. Era una mujer con buenos modales y también muy tradicional. Como ya estaba casada, definitivamente no jugaría a ser ambigua con otros.
Al mirar al Duque Raymond, Feng Qing sabía que en el fondo no era una mala persona. Lo único que no entendía era por qué había enviado gente a asesinar a la mujer más cercana a Xie Jiuhan, aunque él no sabía que la mujer era ella.
Había un viejo dicho que decía que era difícil tratar con mujeres y hombres de mentalidad cerrada. Feng Qing era una mujer que podía guardar rencor fácilmente. Aunque los asesinos profesionales no le hicieron nada, tenía que darle al Duque Raymond un pequeño castigo, como hacerle continuar de pie en el aeropuerto durante unos días.
…
Hotel Capra.