—¿Es una sorpresa que estoy esperando? —preguntó Samantha.
—Por supuesto —rió entre dientes con una voz muy sexy y sugerente Timothy.
—Está bien —Samantha no pudo resistir esa tentación e inmediatamente aceptó.
—Ronald te recogerá más tarde.
—Está bien.
Samantha estaba de buen humor después de terminar la llamada.
Ella podría confiar completamente en Timothy si él la ayudaba a localizar a Matthew.
Además, ya no tendría ningún remordimiento cuando pensara en el eventual regreso seguro de Matthew.
Ronald condujo y llegó al apartamento esa tarde.
Samantha se maquilló ligeramente para realzar su tez porque quería encontrarse con su hijo lo más bella posible.
Cuando bajó las escaleras, Ronald la saludó cortésmente y abrió pensativamente la puerta del asiento trasero para que ella entrara.
Samantha le dio las gracias y se sentó.
El coche condujo durante más de una hora antes de llegar a su destino. Ronald alzó la vista y dijo:
—Llegamos, señora Barker.