```
El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y ya era el día de la cena anual del Grupo Barker.
El Grupo Barker había reservado el hotel cinco estrellas más lujoso de la Ciudad Capital como lugar para celebrar el banquete y entretener a algunos distinguidos invitados.
Ronald recogió a Samantha a las dos de la tarde y fue llevada a un salón de belleza.
Era como una marioneta rodeada de artistas del maquillaje, estilistas, asesores de moda y similares. Le tomó un total de cinco horas completar su maquillaje y peinado.
Samantha se postó frente al espejo de cuerpo entero y miró a la hermosa y elegante mujer que reflejaba.
Solía ser un poco más joven en el pasado, pero después de dar a luz a Matthew, su temperamento se volvió mucho más sereno y de sus huesos irradiaba un calor.
Samantha estaba un poco narcisista y tenía que admitir que en ese momento estaba algo cautivada por sí misma.
Convertirse en madre era casi como convertirse en una persona nueva.