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El gerente reconoció a Harmony de un vistazo cuando entró al spa y la saludó muy entusiastamente. —Bienvenida, Sra. Johnson.
¿Era ese su día de suerte? La llegada de Harmony coincidía justo después de recibir el patrocinio de dos celebridades como Samantha y Rochelle.
Harmony llevaba unas gafas de sol bastante grandes que le cubrían casi la mitad del rostro, pero el gerente aún pudo reconocerla y sabía que había una razón para su visita.
El propósito de la visita de Harmony era confirmar, con sus propios ojos, si Samantha realmente había dado a luz a un niño.
No quería atraer ninguna atención, especialmente de Samantha, porque temía que algo pudiera suceder.
Harmony alzó un poco su barbilla e instruyó directamente:
—Preparen una habitación privada. Me gustaría discutir algunas cosas con ustedes y entender mejor lo que ofrecen aquí.