—¿Sammy? —la voz baja del hombre sonaba en sus oídos.
Timothy parecía haber llamado su nombre suavemente porque ella no había respondido.
Samantha volvió en sí y respiró hondo para calmar sus pensamientos caóticos. Habló lo más natural posible:
—Ah... Estaba a punto de preguntarte si volverías esta noche.
—Sí —respondió Timothy sin vacilar—. Estaré en casa en unos diez minutos.
Su respuesta sorprendió a Samantha.
Si Timothy hubiera hecho algo a sus espaldas, sería lógico que se sintiera algo culpable y ocultara ese sentimiento subconscientemente. Sin embargo, regresó a casa de inmediato como si nada hubiera pasado. ¿Podría ser que sus tres llamadas sin respuesta y la desaparición de 24 horas no fueran lo que ella pensaba? El corazón de Samantha estaba menos agitado cuando pensó en eso.
Sus labios se curvaron ligeramente mientras respondía:
—De acuerdo. Nos vemos luego.