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—Samantha abrazó al niño fuertemente en sus brazos y quedó atónita durante unos segundos antes de levantar la cabeza para mirar al loco que se había derrumbado frente a ella.
La bala impactó con precisión en el centro de la frente. Un agujero sangriento había aparecido y él murió de un solo disparo.
La mirada demente y espantosa aún estaba presente en sus ojos. Parecía estar retándola desafiante y toda su cara lucía terriblemente impactante.
Esa fue la primera vez que Samantha vio morir a una persona viva frente a sus ojos y su corazón comenzó a latir salvajemente contra su pecho. Cerró los ojos de inmediato e instintivamente cubrió los ojos del niño para evitar que viera el cuerpo.
Al mismo tiempo, sin embargo, también tuvo la fortuna de haber engañado a la muerte. Si no hubiera sido por el segundo disparo decisivo y preciso del francotirador, ella y el niño serían los que estarían tendidos muertos en el suelo en ese momento...