Rochelle no era la clase de persona que llamaba sin motivo alguno solo para preguntarle si estaba dormida.
Todavía no había respondido a la pregunta de Samantha. —¿Por qué estás despierta tan tarde cuando sueles acostarte temprano? ¿Tienes insomnio porque ese desgraciado de Timothy aún no ha vuelto para calentar la cama?
La opinión de Rochelle sobre Timothy empezó a cambiar, solo un poco, y ya no lo había llamado desgraciado desde entonces. ¿Por qué empezó a llamarlo así de repente?
¿Sería incapaz de cambiarlo por costumbre, o podría haber alguna otra razón?
Samantha pensó por un momento y no pudo evitar preguntar:
—Chelle, ¿me llamas por algo que involucra a Timothy?
Era una de esas raras ocasiones en las que Rochelle se sentía un poco sentimental.
Samantha había crecido y engañarla no era tan fácil. La agudeza que había afilado después de pasar dos años en un país extranjero no podía ni debía ser ignorada.
