Ronald abrió la puerta, entró a la sala y dijo a Samantha antes incluso de poder recobrar el aliento:
—¡El señor Barker ha despertado!
La mente de Samantha quedó en blanco por un momento, luego el tenue brillo en sus ojos se iluminó ligeramente.
Timothy estaría bien siempre y cuando despertara.
—Yo… Iré a ver cómo está —dijo ella, luego levantó la manta y se preparó para bajarse de la cama. Un momento de descuido provocó que tirara de la herida y gimió como resultado.
Rochelle negó con la cabeza en cuanto lo vio:
—¿Por qué tanta prisa? ¡No es que pueda irse corriendo a algún lado!
Aun así, estiró su mano y ayudó a Samantha a bajarse.
Samantha le sonrió y ofreció:
—¿Quieres ir a ver a Timothy conmigo?
—Mejor no —Rochelle rechazó rotundamente—. Timothy puede que haya hecho bien esta vez, pero su nombre sigue estando en mi lista negra. Le daré la oportunidad de invitarme a una comida si es que llega a ser un marido atento y responsable.
Tras una pausa, Rochelle continuó: