Después de eso, Samantha se giró para ver a Tiana atónita y tenía una sonrisa burlona en su rostro.
—¿Ni siquiera sabes cómo hacer una queja como es debido y te atreves a actuar como si tuvieras el corazón puro?
—Tú… Tú... —Tiana nunca esperó que Samantha respondiera de esa manera. Aquellas palabras detuvieron cualquier argumento que estaba a punto de replicar.
Sin embargo, la locura de Samantha trabajó mucho a su favor. No necesitaba pelear con Samantha porque simplemente necesitaba ganarse la lástima de Timothy y que él la ayudara.
El rostro de Tiana palideció y dejó fluir un torrente de lágrimas. Miró a Timothy parado en silencio a un lado y gritó con dolor —Señor Barker, usted me pidió que viniera para cuidarlo. Mi responsabilidad es hacer justo eso. No sé qué hice para ofender a la señorita Larsson y por qué tiene que tratarme de esta manera...