—¿Por qué sonríes? —preguntó Timothy.
—Sr. Barker, no tiene que hacer esto —respondió Samantha con la voz firme.
—¡Ya le dije antes que fue un accidente, y no le pediré nada! —gritó Samantha con firmeza—. ¡Su plan es innecesario!
—¡Ja! —Timothy soltó una carcajada—. Samantha, ¿crees que confiaré en ti? Hace dos años, juraste nunca aparecer frente a mí, y sin embargo estabas en mi cama, diciendo que fue un accidente. Después de eso, los medios informaron del incidente. Sin este matrimonio, me temo que tú y tus padres traerían a los medios y llamarían a la puerta de la familia Barker, ¡obligándome a casarme contigo! ¡Qué gran plan!
—Samantha abrió la boca, pero no dijo ni una palabra.
—Ya que Timothy no la creía, no tenía sentido explicar, y sería solo un intento desperdiciado —pensó ella—. Además, la despreciaría aún más.