—¿Qué pasa? —preguntó Jiang Li.
—Ah, no, nada... Acabo de ver a muchas personas que conozco —respondió Su Tongtong.
Jiang Li estaba confundida.
Vio que las orejas de Su Tongtong de repente se ponían rojas, y luego pareció adivinar algo.
—¿Qué pasa? ¿Te gusta alguien en la universidad? —preguntó Jiang Li.
—¡Ah, no, no! —respondió rápidamente Su Tongtong.
—Solo dije que somos amigos.
—... Bueno, no me gusta. Él no sabe que me gusta —confesó Su Tongtong.
—¿Así que tienes un amor platónico por él? —inquirió Jiang Li.
Las palabras directas de Jiang Li hicieron que Su Tongtong se sonrojara aún más.
—¿Cuál es el problema? Si te gusta, ¡ve y persíguelo! —animó Jiang Li.
La cara de Su Tongtong se ensombreció.
—Escuché que él tiene a alguien que le gusta —dijo con pesadumbre.
—Eso es solo un rumor. Puedes intentarlo sin problemas. De lo contrario, ¿qué harías si alguien realmente se lo lleva? —sugirió Jiang Li.